Hace un año asistimos a la incorporación de un sistema de Tarificación novedoso y complicado que intenta que el precio del kWh se ajuste al máximo en función de la oferta y la demanda, tanto que tenemos para cada hora un precio diferente aunque hasta ahora no se nos ha aplicado realmente.
Hace un año, la mayoría ponían el grito en el cielo porque iba a ser un caos el sistema de tarificación horaria, los mismos que ahora critican que no se ha incorporado al 100% realmente ya que se nos aplican coeficientes de carga en vez de nuestra propia curva de consumo.
En los últimos 10 años el precio de la energía se ha incrementado en un 36,52% contando como fechas de comparación el precio final medio del mes de marzo de 2015 y el precio del kWh de enero de 2006. 8 años en los que el precio de la energía ha cambiado radicalmente, pero si vemos en la gráfica, ese precio tuvo un bajón el 1 de abril de 2014, deteniendo la escalada, con lo que por lo menos podemos afirmar que ha roto la tendencia.
Otro aspecto fundamental del cambio es como se ajustaban trimestralmente, con subidas importantes tal y como se ve en la gráfica, a final de 2013 empezó a bajar y se preveía una subida del kWh sobre los 0.14€ algo que se mitigó con el cambio de sistema y esperemos se consolide y se ajuste la subida al IPC únicamente. Aunque siempre dependerá del medio ambiente por las energías renovables y su influencia en el formato de subasta.
Si hacemos la misma comparación pero con el término de potencia, vemos que la cosa cambia radicalmente y que en ese mismo periodo se ha incrementado un 108%, lo que significa que pagamos el doble por la potencia contratada en 2014 (puesto que se congeló hasta 2015) que la de 2006.
Si lo metemos todo dentro del recibo de la luz y comparamos € de factura, vemos que respecto a un año y respecto al mes pasado, hemos pagado menos, pero si lo comparamos con la evolución de 2006 vemos que por facturación pagamos un 60.8% más que en 2006. La misma evolución que la potencia contratada en cuanto a porcentaje. Aquí hemos incluido la diferencia de impuestos, que en 2006 era del 16% de IVA. Si descontamos el IPC, que en ese periodo ha sido del 16.5%, tenemos una subida del 44.3% en casi 10 años.
Si comparamos justo con marzo de 2013, un año antes de la entrada de la nueva tarificación y lo comparamos con el momento actual, vemos que es diferente, ya que se confirma que la tendencia ha cambiado. Comparando marzo 2015 con marzo de 2013 tenemos que se ha reducido de media un 2.2% la factura de la luz sin contar el IPC. Si contamos el IPC, que también fue negativo del 1.1%, podríamos afirmar que el nuevo sistema de tarificación ha supuesto una bajada del 1.1% en los bolsillos de los usuarios.
Ahora falta que realmente se incorporen las curvas de consumo de los usuarios a la factura eléctrica y que podamos ahorrar en función de la hora a la que consumimos.
Todas estas comparativas de precios se han realizado a datos de tarifas oficiales y estudios de consumo de la CNE publicados hasta ahora.
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